Tuesday, December 28, 2010

Un nuevo día

Hoy podría no existir. Hoy podría ser un sueño que se dispersa en la inmensidad, desintegrándose. 
Pero Hoy es la maravilla que es porque así lo decidí. 



"La conservacion de los recuerdos" -Historias de cronopios y famas de Julio Cortazar.

Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: Luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: "Exculsión a Quilmes", o: "Frank Sinatra". 

Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: "No vayas a lastimarte", y también: "Cuidado con los escalones". Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras que en las de los cronopios hay gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempre de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio. 




Yo soy Tú. Tan solo somos un "darse cuenta" en una existencia fractal. Espejos del espejo. 


Δ   Amor, Paz, Equilibrio.




Breathe... breathe...





Una flor amarilla

JULIO CORTAZAR

Parece una broma, pero somos inmortales. Lo sé por la negativa, lo sé porque conozco al único mortal. Me contó su historia en un bistró de la rue Cambronne, tan borracho que no le costaba nada decir la verdad aunque el patrón y los viejos clientes del mostrador se rieran hasta que el vino se les salía por los ojos. A mí debió verme algún interés pintado en la cara, porque se me apiló firme y acabamos dándonos el lujo de la mesa en un rincón donde se podía beber y hablar en paz. Me contó que era jubilado de la municipalidad y que su mujer se había vuelto con sus padres por una temporada, un modo como otro cualquiera de admitir que lo había abandonado. Era un tipo nada viejo y nada ignorante, de cara reseca y ojos tuberculosos. Realmente bebía para olvidar, y lo proclamaba a partir del quinto vaso de tinto. No le sentí ese olor que es la firma de París pero que al parecer sólo olemos los extranjeros. Y tenía las uñas cuidadas, y nada de caspa.

        Contó que en un autobús de la línea 95 había visto a un chico de unos trece años, y que al rato de mirarlo descubrió que el chico se parecía mucho a él, por lo menos se parecía al recuerdo que guardaba de sí mismo a esa edad. Poco a poco fue admitiendo que se le parecía en todo, la cara y las manos, el mechón cayéndole en la frente, los ojos muy separados, y más aun en la timidez, la forma en que se refugiaba en una revista de historietas, el gesto de echarse el pelo hacia atrás, la torpeza irremediable de los movimientos. Se le parecía de tal manera que casi le dio risa, pero cuando el chico bajó en la rue de Rennes, él bajó también y dejó plantado a un amigo que lo esperaba en Montparnasse. Buscó un pretexto para hablar con el chico, le preguntó por una calle y oyó ya sin sorpresa una voz que era su voz de la infancia. El chico iba hacia esa calle, caminaron tímidamente juntos unas cuadras. A esa altura una especie de revelación cayó sobre él. Nada estaba explicado pero era algo que podía prescindir de explicación, que se volvía borroso o estúpido cuando se pretendía—como ahora—explicarlo.
       
     Resumiendo, se las arregló para conocer la casa del chico, y con el prestigio que le daba un pasado de instructor de boy scouts se abrió paso hasta esa fortaleza de fortalezas, un hogar francés. Encontró una miseria decorosa y una madre avejentada, un tío jubilado, dos gatos. Después no le costó demasiado que un hermano suyo le confiara a su hijo que andaba por los catorce años, y los dos chicos se hicieron amigos. Empezó a ir todas las semanas a casa de Luc; la madre lo recibía con café recocido, hablaban de la guerra, de la ocupación, también de Luc. Lo que había empezado como una revelación se organizaba geométricamente, iba tomando ese perfil demostrativo que a la gente le gusta llamar fatalidad. Incluso era posible formularlo con las palabras de todos los días: Luc era otra vez él, no había mortalidad, éramos todos inmortales.

        —Todos inmortales, viejo. Fíjese, nadie había podido comprobarlo y me toca a mí, en un 95. Un pequeño error en el mecanismo, un pliegue del tiempo, un avatar simultáneo en vez de consecutivo, Luc hubiera tenido que nacer después de mi muerte, y en cambio... Sin contar la fabulosa casualidad de encontrármelo en el autobús. Creo que ya se lo dije, fue una especie de seguridad total, sin palabras. Era eso y se acabó. Pero después empezaron las dudas, por que en esos casos uno se trata de imbécil o toma tranquilizantes. Y junto con las dudas, matándolas una por una, las demostraciones de que no estaba equivocado, de que no había razón para dudar. Lo que le voy a decir es lo que más risa les da a esos imbéciles, cuando a veces se me ocurre contarles. Luc no solamente era yo otra vez, sino que iba a ser como yo, como este pobre infeliz que le habla. No había más que verlo jugar, verlo caerse siempre mal, torciéndose un pie o sacándose una clavícula, esos sentimientos a flor de piel, ese rubor que le subía a la cara apenas se le preguntaba cualquier cosa. La madre, en cambio, cómo les gusta hablar, cómo le cuentan a uno cualquier cosa aunque el chico esté ahí muriéndose de vergüenza, las intimidades más increíbles, las anécdotas del primer diente, los dibujos de los ocho años, las enfermedades... La buena señora no sospechaba nada, claro, y el tío jugaba conmigo al ajedrez, yo era como de la familia, hasta les adelanté dinero para llegar a un fin de mes. No me costó ningún trabajo conocer el pasado de Luc, bastaba intercalar preguntas entre los temas que interesaban a los viejos: el reumatismo del tío, las maldades de la portera, la política. Así fui conociendo la infancia de Luc entre jaques al rey y reflexiones sobre el precio de la carne, y así la demostración se fue cumpliendo infalible. Pero entiéndame, mientras pedimos otra copa: Luc era yo, lo que yo había sido de niño, pero no se lo imagine como un calco. Más bien una figura análoga, comprende, es decir que a los siete años yo me había dislocado una muñeca y Luc la clavícula, y a los nueve habíamos tenido respectivamente el sarampión y la escarlatina, y además la historia intervenía, viejo, a mí el sarampión me había durado quince días mientras que a Luc lo habían curado en cuatro, los progresos de la medicina y cosas por el estilo. Todo era análogo y por eso, para ponerle un ejemplo al caso, bien podría suceder que el panadero de la esquina fuese un avatar de Napoleón, y él no lo sabe porque el orden no se ha alterado, porque no podrá encontrar se nunca con la verdad en un autobús; pero si de alguna manera llegara a darse cuenta de esa verdad, podría comprender que ha repetido y que está repitiendo a Napoleón, que pasar de lavaplatos a dueño de una buena panadería en Montparnasse es la misma figura que saltar de Córcega al trono de Francia, y que escarbando despacio en la historia de su vida encontraría los momentos que corresponden a la campaña de Egipto, al consulado y a Austerlitz, y hasta se daría cuenta de que algo le va a pasar con su panadería dentro de unos años, y que acabará en una Santa Helena que a lo mejor es una piecita en un sexto piso, pero también vencido, también rodeado por el agua de la soledad, también orgulloso de su panadería que fue como un vuelo de águilas. Usted se da cuenta, ¿no?.
        Yo me daba cuenta, pero opiné que en la infancia todos tenemos enfermedades típicas a plazo fijo, y que casi todos nos rompemos alguna cosa jugando al fútbol.
        —Ya sé, no le he hablado más que de las coincidencias visibles. Por ejemplo, que Luc se pareciera a mí no tenía importancia, aunque sí la tuvo para la revelación en el autobús. Lo verdaderamente importante eran las secuencias, y eso es difícil de explicar porque tocan al carácter, a recuerdos imprecisos, a fábulas de la infancia. En ese tiempo, quiero decir cuando tenía la edad de Luc, yo había pasado por una época amarga que empezó con una enfermedad interminable, después en plena convalecencia me fui a jugar con los amigos y me rompí un brazo, y apenas había salido de eso me enamoré de la hermana de un condiscípulo y sufrí como se sufre cuando se es incapaz de mirar en los ojos a una chica que se está burlando de uno. Luc se enfermó también, apenas convaleciente lo invitaron al circo y al bajar de las graderías resbaló y se dislocó un tobillo. Poco después su madre lo sorprendió una tarde llorando al lado de la ventana, con un pañuelito azul estrujado en la mano, un pañuelo que no era de la casa.
       
    Como alguien tiene que hacer de contradictor en esta vida, dije que los amores infantiles son el complemento inevitable de los machucones y las pleuresías. Pero admití que lo del avión ya era otra cosa. Un avión con hélice a resorte, que él había traído para su cumpleaños.
        —Cuando se lo di me acordé una vez más del Meccano que mi madre me había regalado a los catorce años, y de lo que me pasó. Pasó que estaba en el jardín, a pesar de que se venía una tormenta de verano y se oían ya los truenos, y me había puesto a armar una grúa sobre la mesa de la glorieta, cerca de la puerta de calle. Alguien me llamó desde la casa, y tuve que entrar un minuto. Cuando volví, la caja del Meccano había desaparecido y la puerta estaba abierta. Gritando desesperado corrí a la calle donde ya no se veía a nadie, y en ese mismo instante cayó un rayo en el chalet de enfrente. Todo eso ocurrió como en un solo acto, y yo lo estaba recordando mientras le daba el avión a Luc y él se quedaba mirándolo con la misma felicidad con que yo había mirado mi Meccano. La madre vino a traerme una taza de café, y cambiábamos las frases de siempre cuando oímos un grito. Luc había corrido a la ventana como si quisiera tirarse al vacío. Tenía la cara blanca y los ojos llenos de lágrimas, alcanzó a balbucear que el avión se había desviado en su vuelo, pasando exactamente por el hueco de la ventana entreabierta. «No se lo ve más, no se lo ve más», repetía llorando. Oímos gritar más abajo, el tío entró corriendo para anunciar que había un incendio en la casa de enfrente. ¿Comprende, ahora? Sí, mejor nos tomamos otra copa.

        Después, como yo me callaba, el hombre dijo que había empezado a pensar solamente en Luc, en la suerte de Luc. Su madre lo destinaba a una escuela de artes y oficios, para que modestamente se abriera lo que ella llamaba su camino en la vida, pero ese camino ya estaba abierto y solamente él, que no hubiera podido hablar sin que lo tomaran por loco y lo separaran para siempre de Luc, podía decirle a la madre y al tío que todo era inútil, que cualquier cosa que hicieran el resultado sería el mismo, la humillación, la rutina lamentable, los años monótonos, los fracasos que van royendo la ropa y el alma, el refugio en una soledad resentida, en un bistró de barrio. Pero lo peor de todo no era el destino de Luc; lo peor era que Luc moriría a su vez y otro hombre repetiría la figura de Luc y su propia figura, hasta morir para que otro hombre entrara a su vez en la rueda. Luc ya casi no le importaba; de noche, su insomnio se proyectaba más allá hasta otro Luc, hasta otros que se llamarían Robert o Claude o Michel, una teoría al infinito de pobres diablos repitiendo la figura sin saberlo, convencidos de su libertad y su albedrío. El hombre tenía el vino triste, no había nada que hacerle.

       —Ahora se ríen de mí cuando les digo que Luc murió unos meses después, son demasiado estúpidos para entender que... Sí, no se ponga usted también a mirarme con esos ojos. Murió unos meses después, empezó por una especie de bronquitis, así como a esa misma edad yo había tenido una infección hepática. A mí me internaron en el hospital, pero la madre de Luc se empeñó en cuidarlo en casa, y yo iba casi todos los días, y a veces llevaba a mi sobrino para que jugara con Luc. Había tanta miseria en esa casa que mis visitas eran un consuelo en todo sentido, la compañía para Luc, el paquete de arenques o el pastel de damascos. Se acostumbraron a que yo me encargara de comprar los medicamentos, después que les hablé de una farmacia donde me hacían un descuento especial. Terminaron por admitirme como enfermero de Luc, y ya se imagina que en una casa como ésa, donde el médico entra y sale sin mayor interés, nadie se fija mucho si los síntomas finales coinciden del todo con el primer diagnóstico... ¿Por qué me mira así? ¿He dicho algo que no esté bien? 

        No, no había dicho nada que no estuviera bien, sobre todo a esa altura del vino. Muy al contrario, a menos de imaginar algo horrible la muerte del pobre Luc venía a demostrar que cualquiera dado a la imaginación puede empezar un fantaseo en un autobús 95 y terminarlo al lado de la cama donde se está muriendo calladamente un niño. Para tranquilizarlo, se lo dije. Se quedó mirando un rato el aire antes de volver a hablar.

        —Bueno, como quiera. La verdad es que en esas semanas después del entierro sentí por primera vez algo que podía parecerse a la felicidad. Todavía iba cada tanto a visitar a la madre de Luc, le llevaba un paquete de bizcochos, pero poco me importaba ya de ella o de la casa, estaba como anegado por la certidumbre maravillosa de ser el primer mortal, de sentir que mi vida se seguía desgastando día tras día, vino tras vino, y que al final se acabaría en cualquier parte y a cualquier hora, repitiendo hasta lo último el destino de algún desconocido muerto vaya a saber dónde y cuándo, pero yo sí que estaría muerto de verdad, sin un Luc que entrara en la rueda para repetir estúpidamente una estúpida vida. Comprenda esa plenitud, viejo, envídieme tanta felicidad mientras duró.

        Porque, al parecer, no había durado. El bistró y el vino barato lo probaban, y esos ojos donde brillaba una fiebre que no era del cuerpo. Y sin embargo había vivido algunos meses saboreando cada momento de su mediocridad cotidiana, de su fracaso conyugal, de su ruina a los cincuenta años, seguro de su mortalidad inalienable. Una tarde, cruzando el Luxemburgo, vio una flor.

        —Estaba al borde de un cantero, una flor amarilla cualquiera. Me había detenido a encender un cigarrillo y me distraje mirándola. Fue un poco como si también la flor me mirara, esos contactos, a veces... Usted sabe, cualquiera los siente, eso que llaman la belleza. Justamente eso, la flor era bella, era una lindísima flor. Y yo estaba condenado, yo me iba a morir un día para siempre. La flor era hermosa, siempre habría flores para los hombres futuros. De golpe comprendí la nada, eso que había creído la paz, el término de la cadena. Yo me iba a morir y Luc ya estaba muerto, no habría nunca más una flor para alguien como nosotros, no habría nada, no habría absolutamente nada, y la nada era eso, que no hubiera nunca más una flor. El fósforo encendido me abrasó los dedos. En la plaza salté a un autobús que iba a cualquier lado y me puse absurdamente a mirar, a mirar todo lo que se veía en la calle y todo lo que había en el autobús. Cuando llegamos al término mino, bajé y subí a otro autobús que llevaba a los suburbios. Toda la tarde, hasta entrada la noche, subí y bajé de los autobuses pensando en la flor y en Luc, buscando entre los pasajeros a alguien que se pareciera a Luc, a alguien que se pareciera a mí o a Luc, a alguien que pudiera ser yo otra vez, a alguien a quien mirar sabiendo que era yo, y luego dejarlo irse sin decirle nada, casi protegiéndolo para que siguiera por su pobre vida estúpida, su imbécil vida fracasada hacia otra imbécil vida fracasada hacia otra imbécil vida fracasada hacia otra...
        Pagué.





DISFRUTA Y MUERE.

Saturday, December 11, 2010

Fin de la mier-coles

Ho'oponopono

Transcribo:

"Tengo que contarle al mundo lo que he vivido el dia 5 de diciembre. Pues es demasiado para solo dejarlo en mi universo de inferioridad humana…..

Fui parte del fin de un ciclo de flujo de energia del planeta tierra….. y no solo fui parte, sino la vida me dio la oportunidad de ser conciente y de sentir el poder del universo.

Para todo esto, nada hubiera sido  posible sin la interaccion de un gran amigo, complice, compañero, amor… gil!

todo fue parte de un  gran plan… en momento.. el lugar correcto.. al tiempo preciso..
hace mas de 5 años tube la oportunidad de compartir mi vida con un ser maravilloso, con el cual enfrente la vida, evolucione y creci a la cuarta potencia…. Elias. Y despues de mucho tiempo de no darnos la cara, de no vernos con  amor como en aquellos dias…. Por alguna razon muy extraña  acomodo mis chakras con todo el amor y respeto que nuestros seres merecen. Fue un trabajo largo …. Mas de 2 horas anclada  yo con el mundo. Y nada hubiera sido posible si el, desde hace ya muchos años no hubiera conocido a su amigo jorge, pues el le enseño la magia que hay dentro de nosotros.

Hace unas semanas comparti 6 meses con 5 seres, con los cuales decidi hacer un viaje al cual no pudieron venir y en el cual estoy en estos momentos….. y para experimentar  a un nivel de conciencia diferente lo que es la vida,  decidi ir a consegir un poco de lsd antes del viaje… para esto solo iba a comprar 2 dosis de las mas puras, pero por alguna razon no habia de esas … solo deotras que desconocia y que eran mas baratas, asi que en ves de 2 fueron 3 dosis...

El dia 5 de diciembre siguiendo a mi corazon decidi ir con unos primos a una fiesta de esas donde la  gente se destruye en grande, donde solo el instinto de  inferioridad humana apunta a la autodestruccion para sentir la superioridad ante los demas. Y el daño que le ocaciono a mi ser ese evento, me llevo a consumir un poco de esa sustancia, pero solo porque habia consegido 3 y no 2… si no, otra cosa hubiera pasado.

Llego la madrugada  4 de la mañana lo recuerdo con precisión.. y una luz dentro de mi no dejaba de necesitar  con una ansiedad extrema  a gil. Marque para solo saciar mi sed con escuchar su  voz entre sueños… pero no! el estaba tan despierto como yo y sin mas lo primero que necesite decirle era que viniera hacia mi.  Y sin ninguna duda en unos minutos nos encontramos cerca de mi casa y sin preguntar a donde…. Llegamos a una casa silenciosa llena de energia.

Lo senti…. Y decidi como por instinto interactuar mi energia con el, para experimentar mi estado y lo que habia aprendido de mis chakras, y asi tan facil entre en un estado de trance espiritual donde solo por tiempos era conciente de donde estaba mi cuerpo, fui parte de este fin de ciclo…. Solo el y yo…su corazon y el mio…. y lo que paso ahí adentro no puede explicarse con palabras humanas.

Despues de esto y lo impresionante que fue para los 2….  Llege a mi casa, y la vida me dio la oportunidad de vivir en un lugar donde una gran parte dela ciudad puede ser admirada… entonces subi a un balcon y sin poder dormir  vi como toda la energia estaba recontruyendose por todo el mundo… como el verde se hizo mas verde lentamente, como el azul mas azul, como los arboles bailaban al ritmo de la musica del universo y como los pajaros se sentian libres por toda la ciudad haciendo figuras gemoetricas con respecto la geometria sagrada del universo …. Un evento 
en donde  los demas seres vivos festejaban conmigo. Y desde aquel dia mi vida no podra ser la misma ….  
fin
-Iliana Madrazo"

 Si no vives como piensas, terminarás pensando como vives. Pero hay veces que no sabes qué pensar.

Más allá de todo, creo que la vida es sencilla: No tienes tiempo, la muerte te está cazando. Lo mejor que puedes hacer por ti y por el mundo es... SER TÚ. Porque los candados que tienes ni siquiera son tuyos. Disfruta y muere.


POR TODO LO QUE HA SIDO, GRACIAS. A TODO LO QUE HA DE SER, SÍ.

Monday, November 15, 2010



I've been twisting and turning in a space that's too small

I've been drawing the line and watching it fall
You've been closing me in , closing the space in my heart
Watching us fading and watching it all fall apart...



Well I can't explain why it's not enough
Cause I gave it all to you
And if you leave me now
Oh just leave me now
It's the better thing to do
It's time to surrender
It's been too long pretending
There's no use in trying
When the pieces don't fit anymore



The pieces don't fit here anymore



You pulled me under so I had to give in
Such a beautiful mess that's breaking my skin
Well I'll hide all the bruises; I'll hide all the damage that's done
But I show how I'm feeling until all the feeling has gone



---



Oh, don't misunderstand how I feel
Cause I've tried, yes I've tried
Still I don't know why
No I don't know why 

Thursday, November 4, 2010

Miércoles XI "In my dreams I'm dying all the time"

La vida es bello peligro.


Qué cosa tan extraña... el número 11. Miércoles 11. Se termina. Y termina como empezó. Con una experiencia en el metro. Mejor dicho, la culminación de la experiencia que me llevó a abrir esta porquería de blog.


Esta vez no voy a narrar lo que sucedió... simplemente NO PUEDO. Pero le tomé una foto:


La misma boina... el mismo suéter.

Ah cabrón, me lleva la chingada (Una disculpa, ya saben que hay que saber cuándo).

Y mi vida sigue siendo el mismo desmadre que era cuando empezó todo esto. Pero ya no es sostenible. Me siento como una pequeña gota de pintura en un mar transparente de gotas incoloras. Busco otra gotita pero pasa el tiempo y mis fronteras parecen ceder. A veces siento como si me faltara algo que los demás tienen. Me traiciono actuando como ellos y las consecuencias son terribles, que ya no puedo más seguir en ese juego. Es tan solo una parte de mí que anhela el calor humano, una risa compartida, un viernes fuera de mi cuarto. 


Otra vez solo. 

Soledad, empecé por odiarte. Pero creo que jamás te irás de aquí. Eres la única que permanece. Con la única que me levanto todos los días. Que fea me pareces a veces. Fea y vacía. Eres fría. Eres quieta. Callada. Son tus ojos sobre mí todo el tiempo lo que hace que me vuelva loco. Todos se van y tú te quedas. ¿Qué te han aprendido los grandes maestros? ¿Cómo me arranco las ganas de pertenecer? Y tú en silencio...


I know right know it seems like it is the end of the wolrd, but it's not, it's only the beginning.

Tuesday, November 2, 2010

(Paréntesis musical) Fountain - Sara Lov

Fountain, fountain
We are the same
Fountain, fountain
We are the same

You with the water, and me with the pain
Turning it over again and again

Don't you wish you could throw your pennies back at them?
Don't you wish you could throw your pennies back at them
Back at them
At them



Fountain, Fountain
We are the same
Fountain, Fountain
We are the same

All that anyone ever has for you
Are the things you reflect back to them

Don't you wish you could throw your pennies back at them?
Don't you wish you could throw your pennies back at them?
Back at them
At them

Fountain, fountain
We are the same
Fountain, fountain
We are the same

It is so beautiful how you remain

Thursday, October 28, 2010

Miércoles X

"(...) todos los naguales, a través de los siglos, han dicho a sus presuntos aprendices: que los brujos hablan de la brujería como si ésta fuera un ave mágica, misteriosa, que detiene su vuelo para dar propósito y esperanza al hombre; que los brujos viven bajo el ala de esa ave, a la que llaman el pájaro de la sabiduría, el pájaro de la libertad y que lo alimentan con su dedicación e impecabilidad (...) los brujos sabían que el vuelo del pájaro de la libertad es siempre en línea recta, ya que esa ave no tiene modo de hacer curvas en el aire, de girar y volver atrás; y que el pájaro de la libertad sólo puede hacer dos cosas: llevar a la gente consigo o dejarlos atrás.(...) Don Juan me recordó entonces algo que me repetía con mucha frecuencia, aunque yo me las arreglaba siempre para no pensar en eso. Dijo que yo no debía olvidar, ni por un instante, que el pájaro de la libertad tiene muy poca paciencia con la indecisión y que, una vez se va, jamás regresa."

Me desperté. Había algo diferente en el día pero no me detuve a analizar qué era. Todo parecía más vivo, más real. Una extraña magia se empezaba a colar en mi vida, podía sentirlo. Podía notarlo. Mis manos se sentían diferentes...

Estando afuera, miré al cielo y vi un magnifico ser volando en línea recta. De inmediato  lo reconocí. Tuve a esa ave a mi alcance, para aferrarme a ella. Llegue a una encrucijada... ¿Y qué fue lo que hice? 

Quien conoce los rigores del camino del guerrero no podría juzgarme por mi decisión. Dejé atrás un mundo que parecía prometer muchas cosas.

"Se escoge sólo una vez. Elegimos ser guerreros o ser hombres corrientes. No existe una segunda oportunidad. No sobre esta Tierra."

Tuesday, October 26, 2010

(Paréntesis "Musical Collage") a.k.a Begin to Hope

Lady so black... like a million cemetery lawns. I don't even try anymore keeping up with the headstones...

It’s times like these you learn to live again
It’s times like these you give and give again
It’s times like these you learn to love again
It’s times like these time and time again



Must be your skin that I'm sinkin in. Must be for real cause now I CAN  FEEL. And I didn't mind it's not my kind... not my time to wonder why.

It's been a while since I could hold my head up high... and it's been a while since I first saw youIt's been a while since I could stand on my own two feet again... and it's been a while since I could call you .

I am a new day rising... I’m a brand new sky to hang the stars upon tonight


I'm never alone... I'm alone all the time.

I am a little divided...   


 It's been a while since I can say that I wasn't addicted. And it's been a while since I can say I love myself as well. And it's been a while since I've gone and fucked things up... just like I always do (!)
And it's been a while but all that shit seems to disappear when I'm with you





DON'T LET THE DAYS GO BY...

DON'T LET THE DAYS GO BY!!